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CONSEJOS DE JARDINERÍA
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Paisajista Javier
E. Del Río Mol; Director de Jardinería Natural sl y Viveros Estepona |
REGAR LAS PLANTAS
Las plantas necesitan siempre agua.
Sin embargo, no todas tienen las mismas necesidades y estas varían en
función de la estación y del tiempo. Un riego en exceso asfixia a las raíces
y cualquier falta de agua puede ser también dañina. Regar es por lo tanto
un tema de dosificación y saber hacerlo en el momento adecuado !
Una buena cantidad de
agua ?
La cantidad de agua que se debe aportar a una planta, depende de varios
factores: sus necesidades naturales, la cantidad de agua de lluvia que se
ha dado a la textura de la tierra, si es arenosa o arcillosa, es difícil
dar las medidas exactas: una planta puede arreglarselas sin riego,
mientras que a otra hay que darle al menos 100 a 200 litros de agua por
año.
Es importante se informe sobre las necesidades de las plantas que piensa
instalar o que ya ha plantado. Dele prioridad a las que resisten a la
sequía si su tierra es arenosa o donde la región recibe menos lluvias que
en otros sitios. En zonas húmedas, como en el fondo de un valle, o cerca
de los ríos, no se empecine en cultivar plantas que tienen pocas
necesidades de agua.
Falta de riego
Si las hojas de una planta se reblandecen, el riego es urgente. Con la
experiencia, nos damos cuenta de la falta de riego: las hojas pierden su
brillo, están más color mate que de costumbre. Las plantas que se marchitan muy
a menudo, necesitan riegos más frecuentes y regulares: aumente las
cantidades a cada riego en tierra arcillosa o aumente su frecuencia.
En los árboles
En los árboles y arbustos,
la necesidad de agua se ve más difícilmente, porque las ramas no se doblan.
Un amarilleo precoz de las hojas, un crecimiento anormalmente limitado,
incluso una floración fuera de la estación, son señales de una falta de
agua.
En algunas plantas manifiestan de una forma muy extraña la falta de agua.
Por ejemplo los tomates enrollan sus hojas pidiendo agua.
Demasiada agua es un riesgo?
Regar correctamente, es también no regar en exceso. Muchas plantas sufren
en un suelo empapado por riegos muy generosos. Es el caso de los rosales,
que van a desarrollar enfermedades de las raíces para después morir. Los
setos y arbustos de hojas perennes, como los eleagnos (Eleagnus) que van a
tomar un tinte amarillento. Si el exceso dura mucho, van a perder sus
hojas y a morir. Hay que reducir los riegos, tocar la tierra antes de
regar de nuevo: si está aun húmeda al tocarla, hay que esperar un poco más.
Las plantas de follaje plateado pueden tornarse amarillentas cuando
reciben demasiada agua. A menudo se vuelven menos velludas, con un aspecto
menos gris. Los tallos son más esbeltos, como estrellados. Sus tejidos sufren de pulgones y de numerosos insectos picadores, que se
aprovechan de su debilidad.
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